Vida cotidiana

¿CÓMO LIMPIARSE LOS OÍDOS?

Limpiarse los oídos consiste esencialmente en retirar el exceso de cerumen que producen de forma natural las glándulas del canal auditivo. Para ello te recomendamos...

Utilidad del cerumen para los oídos

Antes de lanzarte a una limpieza demasiado frecuente de tus oídos, ¡es importante saber que el cerumen que quieres eliminar es ante todo tu aliado! En efecto, desempeña un papel importante en la protección del canal auditivo ya que contribuye a eliminar polvo, insectos, bacterias, pieles muertas y otros elementos indeseados. Su consistencia ligeramente pegajosa limita en efecto la progresión de instrusos en el canal auditivo constituyendo al mismo tiempo una barrera contra el exceso de agua. Además, el cerumen se elimina de forma natural, especialmente gracias a los movimientos de la mandíbula.

¿En qué casos hay que incrementar la limpieza de tus oídos?

El cerumen constituye, por lo tanto, una protección innegable para tu canal auditivo, que es una parte del oído especialmente sensible. En la mayoría de los casos, no es realmente necesario intervenir en la limpieza del oído, ya que es suficiente una higiene corporal normal para su mantenimiento diario. SIn embargo, una limpieza más intensa de tus oídos puede ser necesaria, especialmente para las personas:

  • Cuando producen mucho cerumen por motivos genéticos.
  • Cuando el cerumen es difícil de eliminar debido a pelos más abundantes en los oídos.
  • Cuando el cerumen queda bloqueado debido a un canal auditivo especialmente estrecho.
  • Cuando un audífono limita la eliminación natural del cerumen.

En estas situaciones, es necesario limpiar los oídos para preservar la capacidad auditiva. Ya que el exceso de cerumen puede conducir a la formación de un tapón que reduzca la percepción de los sonidos.

¿Con qué frecuencia hay que limpiarse los oídos?

No hay que establecer una frecuencia fija para limpiar los oídos. Todo depende de la cantidad de cerumen que producen y de la molestia experimentada. Si su producción es "normal", puedes confiar en la capacidad autolimpiadora de tus oídos y en duchas regulares. Si observas un exceso de cerumen, elimínalo tan pronto detectes su acumulación.

Las personas que llevan un audífono deben también pensar en limpiar su filtro anticerumen, ya que si se acumula demasiada cera, puede conducir a una avería de los audífonos. En Alain Afflelou Audiólogo, te ofrecemos todo el material necesairo para la limpieza de tu audífono.

Si esto no fuera suficiente, concierta una cita en tu centro más próximo a tu domicilio para un correcto mantenimiento de tus audífonos.

Herramientas para ayudar a limpiar los oídos

Cuidado con los bastoncillos de algodón

Tus oídos son órganos especialmente delicados. Por lo tanto, es importante proceder a su limpieza con una suavidad máxima. El primer reflejo consiste en hacerse con un bastoncillo de algodón cuyo extremo parece a primera vista perfectamente adaptado. Sin embargo, resulta ser una herramienta que hay que evitar a la hora de limpiarse los oídos. Y es que este elemento, tiene tendencia a empujar el cerumen hacia el fondo del canal auditivo y provocar una acumulación que la oreja no conseguirá eliminar de forma natural. Además, si se empuja demasiado profundamente en la oreja, el bastoncillo de algodón puede generar heridas en el tímpano. Finlamente, al ser el bastoncillo de algodón de un solo uso, su importante impacto ecológico juega también en su contra, más todavía teniendo en cuenta que existen mejores soluciones.

El hisopo

Procedente de Asia, el hisopo o oriculi, es una versión más ecológica y menos peligrosa para los oídos que el bastoncillo de algodón. En efecto, no hay límites para su utilización: es totalmente reutilizable. Fabricado con frecuencia en bambú o en material inoxidable, se aguanta como una estilográfica y permite "rascar" la oreja gracias a la parte curvada situada en su extremo.

Hay que tener cuidado, sin embargo, de no ir demasiado lejos en el canal auditivo con el fin de no alcanzar el tímpano. De todas maneras, no tiene sentido intentar entrar demasiado profundamente en la oreja: limpia sobre todo el pabellón y la entrada del canal. Tienes que proceder además con suavidad con el fin de no crear lesiones en el canal auditivo por rascar demasiado fuerte: no es necesario.

Las velas para los oídos

Las velas para los oídos funcionan gracias a un fenómeno de subpresión. En efecto, se colocan en la entrada del canal auditivo de forma estanca. Sin embargo, su eficacia en la limpieza de los oídos es muy cuestionada y el riesgo de quemadura es real. Además, es difícil utilizarlas uno mismo en sus propios oídos: es imprescindible la colaboración de una tercera persona.

¿Cuáles son los mejores productos para limpiar tus oídos?

El agua

El agua es muy recomendable para limpiarse los oídos, incluso en caso de producción excesiva de cerumen. En efecto, puedes jugar con la presión ejercida utilizando una jeringuilla de globo. La encontrarás fácilmente en una farmacia. Este tipo de jeringuilla permite simplemente aplicar presión al agua contenida en el globo para lograr un chorro que despegará el cerumen de las paredes del oído. Utiliza preferentemente el agua a 37ºC para tu comodidad e inclina la cabeza. Habrá que tener cuidado de no ejercer demasiada presión con el fin de evitar dañar el tímpano.

El lavado de oído con vapor

La técnica es la misma que la de despejar la nariz en caso de resfriado: vierte agua hirviendo con manzanilla añadida (efecto antibacteriano) en un bol y mantén el oído encima durante unos diez minutos utilizando un paño para que el vapor no se volatilice. El vapor ablanda la cera y hace más fácil retirarla. Lo mismo ocurre con el agua salada.

Otros productos y métodos

También pueden destilarse aceites minerales o vegetales como el aceite de oliva o de almendra dulce y aplicar en el canal auditivo. Son suficientes unas pocas gotas y te beneficiará de su efecto purificante o protector para la piel. Sin embargo, hay que enjuagarse el oído después de su utilización.

¿Hay que recurrir a los aerosoles limpiadores?

En caso de producción abundante de cerumen, tu médico o audiólogo puede recomendarte un aerosol limpiador adaptado. Basta entonces con pulverizar el producto en el oído y asegurarse de que se reparte de forma homogénea mediante pequeños masajes con la punta de los dedos. El producto actuará descomponiendo las partículas de cerumen. Se aconseja utilizarlo dos veces a la semana como máximo con el fin de evitar el riesgo de irritaciones.

En caso de que no tengas ningun tapón en el oído pero observas que no escuchas tan bien como antes, te ofrecemos una prueba de audición en uno de nuestros centros Alain Afflelou más cercano para realizarte una revisión personalizada y tratarte en caso de necesitarlo.

 

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