¿Cómo funciona un audífono?
El audífono es una herramienta que se utiliza habitualmente en caso de pérdida auditiva y que funciona según un sistema de base al que se le añaden diferentes tecnologías
El audífono es una herramienta que se utiliza habitualmente en caso de pérdida auditiva y que funciona según un sistema de base al que se le añaden diferentes tecnologías
Para entender cómo funciona un audífono, conviene empezar por descubrir los diferentes elementos que lo componen y que determinan la mejora de la audición. Tanto si se decide por un modelo intraauricular como retroarticular, ciertos componentes estarán siempre presentes, aunque en una disposición o tamaño variables. Se trata de los componentes siguientes:
La función central la desempeña el amplificador o procesador. Es el componente que se encarga de clasificar, corregir y amplificar los sonidos. Esta es la función en la que se centra principalmente la atención del audioprotesista cuando pedimos cita en un centro ALAIN AFFLELOU Audiólogo. De hecho, es en este componente donde se aplican diversos ajustes que, en última instancia, le permitirán disfrutar de su audífono con plena comodidad en su vida diaria.
A continuación, se añaden al audífono un botón de ajuste y una tulipa flexible que se desliza dentro del canal auditivo. Pero no todos poseen estos atributos. Por ejemplo, los dispositivos intraauriculares, que se colocan íntegramente dentro del oído, no tienen botón.
Independientemente del tipo de dispositivo elegido, un audífono también está sistemáticamente equipado con varias opciones que ahora se han vuelto esenciales para compensar eficazmente la pérdida auditiva.
La primera función que se ha vuelto imprescindible es la antirretroalimentación. La retroalimentación, feedback o efecto Larsen, es ese pitido estridente que se escucha cuando acercamos demasiado un micrófono a un altavoz. Sin embargo, el audífono contiene ambos componentes en un espacio muy reducido... Dependiendo de la gama elegida, su efectividad será más o menos alta.
Dentro del funcionamiento de un audífono, también es imprescindible la opción de reducción de ruido. Esta función se encarga de disminuir los sonidos que dificultan la comprensión. Del mismo modo, la identificación del habla y la amplificación de las voces permiten a la persona equipada con un audífono realizar un menor esfuerzo de concentración para participar en una conversación.
La voz de los interlocutores se amplifica al tiempo que se reduce el ruido ambiental, considerado innecesario en este tipo de situaciones. Esta es la función por excelencia que le permite participar cómodamente en una conversación a pesar del ruido circundante.
En cuanto a la inter auralidad, conecta los audífonos ubicados en cada oído, lo que permite obtener un entorno sonoro de 360°, proporcionando así una mejor comprensión del entorno espacial. También, dependiendo del modelo de audífono, se ofrecen otras opciones menos vinculadas al funcionamiento propiamente dicho y que aportan verdadera comodidad en el día a día:
El nivel de estanqueidad (no solo frente al agua, sino también al polvo, al cerumen, etc.) es también una opción que puede ser relevante según el perfil y los hábitos del usuario.
Todas estas funciones le ayudarán a encontrar el audífono adecuado para usted. Podrá beneficiarse de una prueba gratuita de 30 días para evaluar la comodidad auditiva que proporciona el audífono según sus hábitos cotidianos.
Cuando una persona con pérdida auditiva usa un audífono, éste capta los sonidos, que son vibraciones, mediante un micrófono. Dependiendo del modelo, puede tratarse de uno o varios micrófonos, y estos pueden ser direccionales u omnidireccionales: los primeros captan el sonido por igual, independientemente de la dirección de donde proceda, mientras que los segundos solo captan los sonidos procedentes de la dirección en la que apuntan, lo que limita el ruido de fondo.
Las ondas captadas se convierten en señales digitales que se envían al procesador, que es el componente encargado de analizarlas y procesarlas. Aquí es donde entran en juego las demás funciones del aparato: reducción de ruido, amplificación del habla, supresión del efecto Larsen o feedback, etc. El procesador procesa las señales de acuerdo con sus prestaciones y según el programa que haya seleccionado. Así, puede amplificar una señal según el rango de frecuencia definido o según el tipo de sonido.
La señal procesada por el procesador se envía al altavoz o al auricular; es decir, al oído. Entonces es el cerebro el que se hace cargo de interpretar las señales recibidas como sonido. En cuanto a las pilas, estas proporcionan alimentación al audífono.
El audífono se revela así como una verdadera joya de la tecnología, a la vez compacta y compleja. De ahí que su audioprotesista deba recibirle en numerosas ocasiones para garantizarle una comodidad auditiva personalizada. De hecho, cada función debe ajustarse cuidadosamente según las características del aparato y de sus propias sensaciones.
ALAIN AFFLELOU Audiólogo se preocupa por su comodidad y le garantiza un seguimiento ilimitado de sus audífonos. Ahora que sabe cómo funciona un audífono, concierte una cita en cualquier momento con un audioprotesista para adaptar los ajustes de su aparato según evoluciona su audición o para restablecer aquellos parámetros que puedan desconfigurarse ligeramente a largo plazo.